La palabra agricultura viene del latín agri («campo») y de cultura («crecimiento»), indicando que es el trabajo para el crecimiento del campo; agricultura es actualmente, el término común para las actividades económicas que tienen a la tierra como base de producción. La agricultura incluye a la silvicultura, la horticultura y a la jardinería comercial.
Es el medio de vida que trabaja la tierra en términos de la producción de cultivos, aunque la palabra también habla de la rama de la nutrición que comprende una o más de las actividades que se relacionan de forma natural a una granja, tales como la ganadería, y que tienen como objetivo la producción de productos de los reinos vegetal y animal para satisfacer las necesidades humanas.
Tipos de agricultura.
Agricultura tradicional.
Esta manera de trabajar la tierra, responde a costumbres milenarias de las diversas regiones del mundo, va en estrecha relación con la cultura del lugar y las condiciones del medio ambiente, así, las técnicas utilizadas son las mismas que sean utilizado desde siempre en determinada región con buenos resultados a través del tiempo.
Los ejemplos más obvios los tenemos a la mano en América latina, en las carreteras y caminos rurales, donde vemos hasta nuestros días formas tradicionales de explotación de la tierra, desde la quema del proceso de la rosa, hasta las producciones mesoamericanas sobre parcelas acuáticas (las chinampas en Xochimilco, México.)
Agricultura extensiva y agricultura intensiva.
La agricultura extensiva es el uso de poca mano de obra y el uso de capital por unidad de superficie, con el resultado de que la tierra ofrece poco beneficio. El término extensivo le viene de que se extiende a lo largo de un terreno, provoca menor desgaste ecológico, pero las ganancias de las cosechas son menores.
La agricultura intensiva, por el contrario, utiliza mucha mano de obra y el uso de capital por unidad de área para explotar la tierra, tanto como sea posible. Esta es propia de todos los grandes países desarrollados.
A nivel mundial, está dominada por cultivos herbáceos de cultivo de cereales, el trigo ocupa el área más grande, otras especies de cereales importantes son el arroz, el maíz, el sorgo, el mijo y la cebada.
Agricultura industrial.
La agricultura industrial está derivada directamente de la agricultura intensiva, en donde la unidad de área de tierra explotada es vital y en donde se trata de sacar el mayor provecho posible de cualquier terreno, tanto en recursos animales como vegetales, con gran voracidad.
La meta es la producción de enormes cantidades de alimento, utilizando el menor espacio y tiempo posibles, por lo que se utilizan todos lo medios disponibles por los inversionistas industriales para maximizar las ganancias; esta forma de explotación agrícola es la que mayor daño ecológico ocasiona.
Agricultura orgánica.
En un esfuerzo por combatir la desmedida producción agrícola industrial, la agricultura orgánica surge como una alternativa que ante todo respeta las características del ecosistema explotado, por lo que también se conoce como agricultura ecológica o agricultura biológica.
La prioridad es producir respetando los ciclos naturales de las especies animales y vegetales, siempre teniendo cuidado de contar con un suelo lo suficientemente fértil. Es decir, se sigue la política del buen trato ecológico para obtener producciones de la mejor calidad y salubridad posibles.
Agricultura natural.
Este tipo de agricultura intenta el máximo respeto a la naturaleza posible, tomando únicamente lo realmente necesario, lo que el hombre pueda recoger de lo que la naturaleza le da sin su intervención en la producción.
Como ejemplo podemos resaltar aquí la recolección de frutos y vallas silvestres en las zonas boscosas del planeta. Es decir, tomar agradecidamente lo que la madre naturaleza nos da y no intentar producir nuestro propio alimento.
Agricultura de supervivencia.
Este último tipo de agricultura es aquel que es todo lo contrario a la voraz agricultura industrial, y en donde se trata de producir lo mínimo necesario para la supervivencia del agricultor y su familia, sin tener restos de producción para poder comercializar.
Aquí podríamos colocar la idea de un mundo en el cual, todas las familias fuesen agricultoras para producir su propio alimento y nada más allá de ello, obviamente, el equipo técnico necesario se reduciría a lo más elemental.
Como podemos apreciar, la agricultura, que ha estado presente en la historia del desarrollo humano como base del mismo, se ha diversificado en muchos tipos, los cuales van en función de la cantidad de gente y el objetivo del productor, el peor de ellos es el llevado a efecto por las industrias con el objetivo de masificar las producciones a costa de lo que sea: desgaste ecológico y sufrimiento animal.