La palabra activo es también polisémica de acuerdo a su contexto, es decir, su interpretación más exacta depende del contexto en el que se le utiza; como adjetivo, alguien que es activo es alguien muy dinámico y capaz y esa sería su significación raíz de la cual las demás asepciones se desprenden, revisemos algunas de ellas. Su origen es la acepción latina “activus”, superlativo del verbo “agere” que indicaba en latín el hecho de llevar algo hacia delante.
El activo contable.
En contabilidad, designa recursos que las empresas pueden utilizar sin afectar su producción y por ende, en apoyo a la misma a futuro. Un activo es a efectos contables, un recurso que ayuda a los controles de la empresa y sirve para lograr beneficios en el futuro.
Son, en otras palabras, recursos que están bajo el control de la empresa a efecto de eventos anteriores y de los cuales se espera obtener beneficios económicos futuros que fluyan en pro de la organización.
Los activos se dividen en activos fijos, que son activos que se mantienen para su uso sostenido, y el activo circulante. En una empresa de fabricación los activos fijos serán, por ejemplo, las máquinas de producción, mientras que los inventarios serán los activos corrientes. Aparecen junto con los pasivos (la deuda), para un perfecto equilibrio de las cuentas al interior de una empresa.
El principio activo.
En química, se denomina principio activo a una sustancia que es base para hacer tal o cual medicina por sus beneficios a la salud del organismo y, más coloquialmente la cultura popular de ciertos paises como México, retoma este término para denominar como activo a algunas sustancias ciclotrópicas como los solventes que inhalan ciertos individuos para alterar sus sentidos.
Cualquiera que sea el contexto, lo activo sigue conservando ese sentido positivo de llevar algo hacia delante.