El reino de los hongos pertenece a una clase de organismos, desde unicelulares hasta aquellos de estructura compleja.
La clasificación de los hongos ha sufrido muchos cambios en los últimos años, como resultado de la intensificación de los estudios de cada uno de ellos.
El arribo de los estudios moleculares ha contribuido fuertemente, en los últimos 10 o 15 años, para producir una sistematización más objetiva, sobre su clasificación que promete un mayor grado de estabilidad a lo que anteriormente conocíamos de los hongos.
La categoría incluye más de 100.000 especies de organismos, con las siguientes características principales:
- Completa deficiencia de tejidos diferenciados y elementos conductores
- Sistema de reproducción a través de esporas (y no a través de un estado embrionario como es el caso de los animales y las plantas)
A diferencia de las células vegetales, que tienen una pared que consiste predominantemente de celulosa, la pared celular de los hongos está constituido por diferentes glucanos y por otro polisacárido, eso no convierte más resistente a la degradación microbiana.
Los hongos pueden acumular, de manera similar a los animales, las sustancias de reserva de energía en forma de glucógeno. Su forma de reproducción es especialmente peculiar.
Pueden reproducen asexualmente o en una forma sexuada a través de la producción de esporas. Las esporas se pueden producir en un elemento sexuado a través de la fusión de dos o más núcleos, o asexual, sin que esto suceda.
La reproducción asexual puede ocurrir por:
- Fisión binaria
- Pululación
- Fragmentación
- Esporogenesis
La reproducción sexual está sujeta a la producción de esporas que se producen por millones en cada individuo y se transmite principalmente a través del viento, el agua o los insectos. En muchas especies, esporas varón y mujer se unen para formar una sola estructura que, tras la fusión de los núcleos surge una nueva especie.