Como opositores de los músculos abductores, el cuerpo humano cuenta con los músculos aductores, que son los que componen el fuselaje del muslo. Cuando corremos o caminamos, estos músculos contribuyen a la estabilización de la pelvis y afectan positivamente al eje de la pierna.
Los aductores también son responsables de la gestión de la articulación de la rodilla. Si los tendones se inflaman o se endurecen, pueden dar lugar a dolor desagradable, como una llaga o una distensión del músculo abductor, un dolor en la ingle se manifiesta principalmente a través de las terminales nerviosas en dichos músculos; estos dolores se asocian principalmente con el estrés, el dolor que se produce puede ser causado ya sea por inflamación o por carga incorrecta de objetos pesados o simplemente por el efecto de una tensión permanente. Esto también puede ser una contracción del músculo aductor.
Los músculos aductores presentes en el cuerpo humano son, a saber:
- Músculo aductor corto (muslo)
- Músculo aductor largo (muslo)
- Músculo aductor (muslo)
- Gracilis (bíceps femoral)
- Pectíneo muscular (muslo)
- Músculo aductor del pulgar (pulgar)
- Músculo aductor del dedo gordo (pie)
Son músculos que funcionan cuando estiramos una extremidad, tiramos de ella o la jalamos, pertenecen al grupo de los músculos esqueléticos. Sus antagonistas («oponente»), son los músculos abductores, son músculos inervados a partir del nervio obturador del plexo lumbar.
Aparte de las funciones arriba descritas, los músculos aductores tienen un papel preponderante en las cuestiones de equilibrio y estabilidad de nuestros cuerpos sobretodo al caminar, ya que, al estar situados en el interior del muslo y subir hasta la cadera, proporcionan gran estabilidad ya que mantienen la posición adecuada de la extremidad en cuestión.
Sin embargo, la función principal de estos músculos es la de acercar la extremidad al tronco del cuerpo, generando así, el movimiento de aducción, de ahí derivan su nombre.