En cada historia que incluye un gobierno organizado, siempre se dan varios movimientos políticos los cuales se caracterizan por la formación de al menos un grupo organizado en sociedad que trata de cambiar el comportamiento trabajando para cambiar la percepción de la gente sobre un tema en particular.
Esto no es lo mismo que pertenecer a un partido político, donde el énfasis está en votar por los candidatos del partido, por el contrario, es por lo general algún problema social, el que ocasiona que la gente se sienta con un gran interés al respecto. Por ejemplo, el movimiento de los derechos civiles en los Estados Unidos en la década de 1960 y en adelante fue un movimiento político.
A veces es un movimiento político el que genera mucha fuerza en la sociedad, ya que tiene unos líderes fuertes y reconocibles. El citado movimiento de los derechos civiles tenía sin duda más de uno, con gente como Malcolm X y Martin Luther King, Jr., estos líderes pueden ser el punto de coalescencia para el movimiento y si son también oradores expertos, puede ser posible llegar a una gran audiencia y convencerla de lo bueno de los objetivos sociales y políticos del movimiento, así como transmitir sus ideales y objetivos. No siempre es el caso, y algunos movimientos no tienen una figura central reconocible para aquellos que no están iniciados.
Es importante que el movimiento político tenga muy bien definidos sus objetivos sociales, ya que no es sólo un intento de conseguir un poco de la legislación aprobada, sino que es además un intento de cambiar la mentalidad de la gente acerca de los problemas sociales que podrían requerir una legislación para más cambios.
Siempre comienza, sin embargo, con la esperanza de que otras personas se vean afectadas, y el éxito de un movimiento político puede depender de la eficacia de sus partidarios al persuadir a otros.