El asma, es una enfermedad de los pulmones que provoca estrechamiento o inflamación en las vías respiratorias, lo produce tos, presión de pecho, sibilancias y problemas para respirar; donde los síntomas y la frecuencia en los ataques respiratorios son distintos en cada persona.
Un ataque de asma crea cierta tensión en las vías respiratorias y a su vez inflama el revestimiento de las vías aéreas, disminuyendo así la cantidad de aire que pasa por este conducto.
Según los factores que desencadenan un ataque asmático, cabe destacar varios tipo de asma, estos son:
- Asma estacional: Suele aparecen a principios de primavera o a finales del verano.
- Asma alérgica: aparece en organismos sensibles a cierta sustancias –polen, medicamentos, polvo, etc.-; o a ciertos animales.
- Asma no alérgica: generada por contacto de sustancias irritables, por infecciones respiratorias, por el reflujo gastroesofágico, por el aire frío y por los cambios bruscos de la temperatura.
- Asma inducida por el ejercicio: desencadenada cuando se realiza una actividad física o ejercicio.
- Asma nocturna: es el que se desencadena durante la noche.
Atendiendo el nivel de control existen tres tipos de asma:
- Controlado: no requiere de medicamento de rescate, y no presenta síntomas.
- Parcialmente controlado: requiere de medicamentos de rescate, y presenta síntomas como mínimo dos veces por semana.
- No controlado: se requiere medicamento constante.
Atendiendo a los síntomas presentes y a la obstrucción de las vías, el asma se clasifica en:
- Persistente: los síntomas se muestran todo el año.
- Intermitente: los síntomas aparecen uno o dos veces por semana.
- Persistente leve: los síntomas pueden aparecer inter-diario.
- Persistente moderado: los síntomas aparecen todos los días sin influir en el sueño, o en la actividad normal del paciente.
- Crónico: los síntomas son continuos y requieren medicamentos de emergencia para evitar que las vías se obstruyan por completo.
Causas del asma
El asma surge en pacientes con vías respiratorias sensibles, donde se tensionan los músculos de las vías respiratorias, y se inflama el revestimiento de los bronquios, creando problemas para respirar.
Las razones que desencadenan un ataque de asma dependerá del organismo de cada persona al exponerse a los mismos, estos pueden ser por:
- Ácaros de polvo.
- Animales.
- Químicos de alimentos o animales.
- Medicamentos.
- Cambios climáticos.
- Insomnio.
- Fatiga diurna.
- Ejercicio.
- Moho.
- Humo de cigarrillo.
- Infecciones respiratoria.
- Polen.
- Emociones fuertes.
Otras de las causas se debe a la herencia, donde pacientes asmáticos presenta familiares con antecedentes de alergias que pueden influir en dicha enfermedad.
Síntomas del asma
Entre los principales síntomas de asma cabe destacar:
- Tos con o sin flema.
- Problemas para respirar.
- Tiraje entre las costillas al respirar.
- Sibilancias.
- Pulso rápido.
- Cara y Labios de color azulado.
- Ansiedad para respirar.
- Sudoración.
- Dolor en el pecho.
El ataque asmático puede durar algunos minutos e incluso días, ahora bien, sin el tratamiento que este exige se puede obstruir por completo el flujo del aire, siendo altamente peligroso para el paciente.
Tratamiento para el asma
En presencia de asma se lleva a cabo tratamientos no farmacológicos y farmacológicos.
- Tratamientos no farmacológicos: el tratamiento se fundamenta en evitar lo mas posible el contacto con las causas que puedan desencadenar o producir el asma. El polen, el polvo, los animales y hongos son desencadenantes muy comunes del asma.
- Tratamientos farmacológicos: empleados tanto para prevenir los ataques como para aliviar al paciente durante un ataque asmático. Los medicamentos pueden ser en pastillas o para inhalar; a su vez, se pueden utilizar bronco-dilatadores, anti-inflamatorios, inmunoterapia y anti-histamínicos.
Consejos & Prevención para tratar el asma
Lo mas recomendable ante el asma es:
- Eliminar los desencadenantes que le puedan causar asma dentro del hogar.
- Mantener la casa limpia.
- Eliminar el polvo del hogar.
- Realizar un programa de fisioterapia respiratoria.
- Usar los medicamentos bajo prescripción médica.
- Consumir suplementos con vitamina C y B12.
- Introducir frutas y verduras a la dieta diaria.
- Evitar el pan, los adictivos y los productos lácteos.
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- Atrofia vaginal
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